miércoles, 6 de febrero de 2013

30 años no son nada


 La bola de cristal ha funcionado en esta ocasión. Hace cuatro días dijimos en este blog que la hipótesis más probable era que la retirada de Esperanza Aguirre de la vida política iría seguida de una vuelta fulgurante con promesa de renovación. Pues bien, parece que vamos por ese camino porque hoy Esperanza se postula, diciendo que
"Estamos ante una oportunidad para la regeneración democrática que se tenía que haber hecho antes y pueden contar conmigo para hacerlo."
Dice también que no piensa volver a la primera línea de la política. Dada la enorme capacidad de los políticos para torturarse a sí mismos haciendo lo contrario de lo que dicen que piensan, me temo que las circunstancias van a obligarla. Por responsabilidad.


 Como la carrera política de Esperanza Aguirre comenzó en 1983, como concejala en el Ayuntamiento de Madrid, esto supone que lleva solamente 30 años en política.
A lo largo de estos años hubiese podido tener tiempo de regenerar la democracia al menos en la Comunidad de Madrid, de la que ha sido 9 años de presidenta. Tampoco hubiese estado de más haberse encargado de la regeneración del Senado, que presidió durante 3 años. También hubiese sido bonito observar un Ministerio de Educación regenerado durante los otros 3 años en los que fue Ministra de Educación.

Supongo que lo intentó y no pudo. Seguramente le habrá faltado tiempo o puestos de responsabilidad suficiente para llevar a cabo la tan deseada promesa de la regeneración democrática. Pero ciertamente ahora sí, confiando todos en ella sabemos que inmediatamente hará lo que en los últimos 30 años no ha hecho.

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